Los padres suelen prestar poca atención a la salud auditiva de sus hijos

José Luis Blanco, jefe de audiología de Oticon, explica las pautas a seguir para que el frío no perjudique a los oídos

 

El frío se ha resistido este año a hacer su verdadera aparición. Sin embargo, cuando sus efectos ya se dejan notar es necesario tener una serie de precauciones para evitar resfriados y catarros incómodos. Los expertos en salud, advierten que los oídos son una de las zonas del cuerpo que menos se atiende en estas fechas.

¿De qué manera hay que proteger los oídos de los niños ante el frío?

La cabeza es una de las zonas por las que más calor se pierde tanto niños como adultos. Por este motivo, lo más recomendable es llevar gorro u orejeras durante los días más fríos. De esta manera, se conserva la temperatura corporal, reduciendo la probabilidad de que duelan los oídos por el frío, lo que es relativamente frecuente en los niños, o que puedan tener infecciones.

La higiene es otra de las prácticas más importantes. El uso de bastoncillos no es recomendable, ya que lo que conseguimos es presionar el cerumen hacia el tímpano. El flujo normal hace que la cera salga sola del oído, lavar las orejas es suficiente y secar bien los oídos con una toalla fina tras el baño, pero sin introducir nada dentro del conducto auditivo.

¿Hay que tener los mismos cuidados según se avanza en edad?

Por supuesto. La limpieza de los oídos debe ser similar a lo largo de toda la vida, pero debemos entender que la cera del oído es un elemento natural de protección.

¿Qué consecuencias puede tener en los pequeños no atender este órgano?

Las infecciones de oído no tratadas adecuadamente pueden derivar en problemas de oído interno con consecuencias irreparables y permanentes. También, someter los oídos a ruidos muy fuertes o continuados es especialmente grave en el caso de niños pequeños.

Los daños en el sistema auditivo pueden provocar un descenso en los umbrales de audición y en la capacidad para entender el habla que puede afectar al desarrollo del lenguaje, así como efectos negativos en su proceso educativo.

Prevenir es la mejor terapia así como acudir al pediatra cuando se detecte algún problema.